(Entrada atrasada)
Para ésta clase debíamos llevar preparada de casa una poesía de cuatro versos (de cosecha propia) en la que habláramos, a nuestra manera, del amor; para luego recitarla en voz alta junto con nuestros compañeros.
Pudimos disfrutar de situaciones bastante graciosas y divertidas, como los poemas que se dedicaron nuestros compañeros José Luis y Fran ("Oh Aparicio, lo nuestro es más que vicio...", "Ay, Joseillo, dulce como un azucarillo..."), o el momentazo Emilio ("...el amor..., ¡ay el amor!"), incluso la curiosa forma de Armando de rimar sin que el texto rime. Sinceramente, me encanto.
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